Cuando escuchamos los términos “etiqueta y protocolo”, tendemos a asociarlos o pensar que van juntos por el desconocimiento sobre lo que cada uno significa. Si bien es cierto que la etiqueta no siempre implica reglas protocolarias, el protocolo sí incluye reglas de etiqueta en el comportamiento de cada persona. Veamos.
“Protocolo” se denomina el conjunto de normas o reglas establecidas por instituciones y el gobierno para las ceremonias y formalidades de carácter oficial, diplomático, militar, institucional o social. Viene del griego “protocollum” que significa “orden” y su implementación, según los historiadores, se da desde “el instante mismo en que surge un grupo de individuos que tiene que convivir y relacionarse entre sí”, pues por civismo y convivencia se ha reglamentado desde las costumbres, tradiciones y normas, cómo desarrollar los actos importantes de una sociedad.
Ahora, por “etiqueta”, se entiende la forma correcta de comportarse en cada espacio o evento, se ve reflejada en situaciones cotidianas como los modales en la mesa, el comportamiento en sitios públicos, reuniones de trabajo, eventos solemnes y demás.
La etiqueta y el protocolo implican normas de comportamiento establecidas para hacer la vida social más agradable; la diferencia se marca en que la etiqueta regula la conducta personal y el protocolo establece los criterios de trato y procedencia de una persona o institución.
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